Una ráfaga muy inusual y extraña de luz extraordinariamente brillante en el Universo acaba de volverse aún más extraña – gracias al ojo de lince del Telescopio Espacial Hubble de NASA.
A través de una estrella condenada que explotó hace aproximadamente 20.000 años, sus restos destrozados continúan disparados hacia el espacio a velocidades vertiginosas – y el Telescopio Espacial Hubble de NASA captó la acción.
Astrónomos que utilizan datos del Telescopio Espacial James Webb de NASA han identificado dióxido de carbono en una región específica de la superficie congelada de Europa. El análisis indica que es probable que este carbono se originara en el océano subterráneo y que no llegara por un meteorito u otra fuente ajena.
El Dr. Ryan French, científico del Observatorio Nacional Solar, habló con el periodista de Forbes, Jamie Carter, sobre las noticias recientes del ciclo solar, por qué podría ser prematuro decidir definitivamente un modelo ‘ganador’, y por qué, en primer lugar, nos importa hacer estas predicciones.
En el ámbito siempre cambiante de la física solar, una misión para comprender las playas solares (regiones brillantes) enigmáticas ha conducido a descubrimientos significativos. Entre aquellos dedicados a desentrañar los misterios de estas manchas brillantes se encuentra João da Silva Santos, un científico del Observatorio Solar Nacional (NSO por sus siglas en inglés).
El Telescopio Espacial James Webb de NASA ha comenzado el estudio de una de las supernovas más reconocidas, SN 1987A (Supernova 1987A). Ubicada a 168.000 años luz de distancia en la Gran Nube de Magallanes, SN 1987A siempre ha sido un objeto de observaciones intensas a longitudes de onda que oscilan entre los rayos gamma y radio por más de 40 años, desde su descubrimiento en febrero de 1987.
Astrónomos han descubierto un vínculo entre la abundancia de nubes cambiantes de Neptuno y el ciclo solar de 11 años, en que el aumento y disminución de los campos magnéticos entrelazados del Sol conduce la actividad solar.
Un equipo de investigadores, que incluía al astrónomo de NOIRLab André-Nicolas Chené, descubrió una inusual estrella con el campo magnético más poderoso jamás encontrado en una estrella masiva – que podría convertirla en uno de los objetos más magnéticos de todo el Universo, es decir, una variante de una estrella de neutrones conocida como un magnétar.
La Investigación del Espacio-Tiempo como Legado para la posteridad de Rubin revolucionará la ciencia sobre el Sistema Solar, al detectar una población aún no descubierta de cometas y asteroides que se pasean por nuestro vecindario cósmico.
El Sol está a punto de ponerse al revés, magnéticamente hablando, por supuesto.
En los últimos meses, hemos visto un aumento en los eventos solares explosivos, desde llamaradas dramáticas de clase X hasta eyecciones de masa coronal (CME), a poderosas tormentas geomagnéticas y un recuento de manchas solares sin precedentes en junio. El Sol puede parecer furioso para el público en general, pero para los científicos solares, es lo de siempre.